Cuando no puedes dejar de pensar que es momento de dejar tu casa para alcanzar la libertad anhelada, en cumplir lo que se llama dejar el nido para volar puede que sea un buen momento para darle orden a tus ideas y ver las bondades que existen tanto en el nido como fuera de este.
Prepárate mentalmente.
Antes de dar el brinco fuera del nido debemos entender que este es el resultado de un proceso, entre más consciente seamos de esto mejor aprovecharemos nuestra salida pues se trata de tomar en cuenta las bondades de haber crecido dentro de un hogar, cosa que muchas veces no sabemos porque la educación de los padres se considera algo dado, que siempre estuvo ahí y que no merece mucha reflexión pero es precisamente el conocimiento de esos cuidados el que nos ayudará a cuidarnos a nosotros mismos más adelante y lo que permitirá una salida de altos vuelos.
Fortalece tus alas antes de volar.
Si te lanzas a volar sin cierta preparación puede que te encuentres revoloteando sin dirección alguna, sin libertad o hacia la dirección que otros van. El activo más preciado que tenemos dentro del nido es el tiempo pues este, en gran medida, nos lo da la familia, no existe un mejor lugar para desarrollar nuestras habilidades que la casa en que crecimos, comenzar a compartir la responsabilidad de llevar un hogar es lo primero que debemos tomar en cuenta. Utilizar el tiempo de forma diferente, generar ingresos, por pocos que estos sean, para cooperar en los gastos es una experiencia necesaria para fortalecer las alas con éxito.
Haz del ahorro un hábito.
Entender ciertos conceptos y desarrollarlos dentro de un hogar establecido facilita la independencia, habilidades como pensar críticamente, la meditación, conocer tus emociones, fortalezas, debilidades y la cultura general alcanzan niveles óptimos cuando las desarrollamos a “fuego lento” y esto solo se logra en ciertos ambientes como el hogar y todo el soporte que representa. Así como aprendimos a caminar y hablar podemos iniciar en casa otra clase de alfabetización como la financiera, poner la mirada no solo en liquidar algunas facturas en casa sino educarnos en el ahorro y la administración para familiarizarnos con los gastos que pronto nosotros tendremos que cubrir por nuestra cuenta, esto nos ayudará a ser más disciplinados y fomentar no solo el hábito del ahorro sino el de la inversión. Recuerda que el secreto para gastar menos no es sacrificarse: es quitarle dinero a lo que menos te importa.
Planea la salida.
Hacerte de un buen plan de vuelo requiere preparación, una ruta y si es cierto que las condiciones que tendremos no se conocen al cien por ciento si las podemos anticipar para sortearlas de la mejor manera posible y así evitar sorpresas desagradables. Elabora un lista de necesidades, compárala con las actuales, cumple con los pequeños objetivos que te llevarán a cumplir la gran meta de tu independencia y libertad.
“A quien amas dale alas para volar, raíces para volver… y motivos para quedarse”. Dalai Lama
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